Tuvo un año raro Kevin Zenón. La primera mitad lo consagró como a uno de los mejores jugadores del fútbol argentino. Se puso la camiseta de Boca y rindió como si no le hubiera pesado semejante responsabilidad. Jugó, hizo jugar, metió goles y se ganó el respeto, el cariño y la admiración del pueblo Xeneize y de los futboleros en general, que destacaron sus buenas condiciones sin distinción de camisetas. Pero llegó el segundo semestre y, lo dicen tanto los boquenses como los demás y los periodistas deportivos, medio se vino abajo.

En los Juegos Olímpicos empezó la caída. Se esperaba mucho y dio poco. El regreso a Boca siguió en esa tónica de abulia y partidos casi nada fructíferos. Sin embargo, como si se tratara de una curiosa mueca del destino, el correntino intentó terminar la temporada bien arriba y “amigarse con los anillos” ya que si en París le fue para el demonio en México levantó bastante. Y sin tocar la número cinco.

En Costa Mujeres, una porción de playas y mar que los aztecas le tomaron prestada al paraíso, Kevin agarró coraje después del brindis navideño y quizás envalentonado por las circunstancias que rodean esas fechas y esos momentos, imbuido del espíritu que suele reinar en esos minutos que lindan entre el choque de copas y los primeros mordiscones de pan dulce, se animó a dar un paso clave y decisivo para su vida.

Kevin tomó por sorpresa a su novia Sol Amsler al arrodillarse y sacar de sus bolsillos el estuche con los anillos de compromiso que había guardado con mucho cuidado, para que ella no se diera cuenta de la propuesta que estaba por recibir. Cuentan que su alarido se escuchó en varios kilómetros a la redonda, como si hubiera visto bajar a Papa Noel de un reno o de una chimenea.

Los anillos no son los tradicionales dorados o de oro. Son más bien plateados y tienen una piedra en la parte superior que se destaca rápida nítidamente a la primera mirada. “Te amo con toda mi alma, para siempre” le escribió Sol en su cuenta de Instagram. Kevin, que en su cuenta prefirió no escribir nada para evitar comentarios maliciosos, le respondió con la misma elegancia con la que se mueve en los campos de juego: “Te amo más mi amooooor” le puso.